En su primera incursión en el cine, el director sueco Ernst De Geer logra capturar la esencia del presente, al menos de una parte, con humor y sarcasmo. En la película ‘Hipnosis’, una pareja de treintañeros participa en un prestigioso concurso con una aplicación sobre salud femenina que han desarrollado. Antes de dirigirse a un retiro para presentar su proyecto, la protagonista femenina decide someterse a hipnosis para dejar de fumar. A medida que los efectos de la hipnosis comienzan a manifestarse en ella, comportándose de manera inusual, revelando una sinceridad brutal y conductas inapropiadas, y la reacción de su pareja y los demás concursantes, De Geer crea un retrato efectivo, incisivo y bastante perturbador del mundo de las ‘startups’.
Con la actuación cómplice de dos talentosos actores, el noruego Herbert Nordrum (‘La peor persona del mundo’) y, especialmente, la actriz sueca Asta Kamma August (‘Kalak’), el cineasta satiriza un presente dominado por las apariencias, donde las relaciones personales y profesionales son más inestables de lo que parecen, llenas de contradicciones y en las que se abusa de la primera persona. Aunque De Geer no alcanza las alturas de sátira de Ruben Östlund, es inevitable ver ciertas similitudes. ‘Hipnosis’ puede pecar de ser repetitiva y le falta un poco más de agresividad, pero se agradece la crítica que hace a un presente frívolo y volátil.
Además, la película plantea reflexiones sobre cómo la sociedad actual se ve afectada por la presión de mantener una imagen perfecta en las redes sociales, mostrando la brecha entre la realidad y la apariencia, tanto en lo profesional como en lo personal. La utilización de la hipnosis como recurso narrativo permite explorar de manera original los límites de la sinceridad y la autenticidad en un mundo donde la imagen y la percepción juegan un papel crucial.
En resumen, ‘Hipnosis’ es una comedia que, a pesar de sus pequeñas deficiencias, logra ofrecer una crítica aguda y entretenida de una sociedad inestable y obsesionada por las apariencias. Con un elenco sólido y una dirección que sabe captar la esencia del momento actual, la película invita al espectador a reflexionar sobre la autenticidad y la sinceridad en un mundo marcado por la superficialidad y la volatilidad de las relaciones humanas.