El Valencia CF ha estado enfrentando una crisis deportiva en el inicio de la temporada 2024/25, reflejo de una crisis más profunda que ha estado afectando a la institución durante varios años. La falta de dirección y estabilidad en el club ha llevado a la frustración de los aficionados, quienes ven con impotencia cómo el equipo no logra encontrar el rumbo.
Descontento con la gestión de Peter Lim y sus colaboradores, la afición se ha manifestado de manera cada vez más enérgica, exigiendo cambios y soluciones a una situación que parece no tener fin. Sin embargo, la falta de transparencia y la ausencia de responsabilidad por parte de los dirigentes del club han dejado a Rubén Baraja, el entrenador, como el principal rostro visible en momentos de crisis.
Peter Lim, el máximo accionista del club desde 2014, ha mantenido un perfil bajo, evitando aparecer públicamente y dejando la responsabilidad en manos de sus colaboradores más cercanos, como LayHoon Chan, la actual presidenta del Valencia CF. Sin embargo, Chan tampoco ha sido una figura visible para la afición, limitando sus intervenciones a eventos como la Junta General de Accionistas anual y el cierre del mercado de fichajes.
El papel de Javier Solís, el portavoz del club desde 2022, ha sido más activo en comparación con Lim y Chan, participando en conferencias de prensa y actuando como enlace entre el club y la prensa. A pesar de esto, la responsabilidad de comunicar y explicar las decisiones del club ha recaído principalmente en Rubén Baraja, quien ha debido enfrentar las críticas y cuestionamientos de la afición y la prensa semana tras semana.
En el aspecto deportivo, el Valencia CF tampoco ha logrado despegar en la presente temporada. A pesar de los esfuerzos de Rubén Baraja y su equipo técnico, la plantilla del equipo se ha mostrado debilitada y desmotivada, sin recibir el apoyo necesario por parte de la dirección deportiva y de la propiedad del club. La falta de inversión en fichajes y refuerzos ha sido evidente, con un presupuesto limitado que ha afectado la calidad y competitividad del equipo.
La venta de Mamardashvili por 35 millones de euros en el último verano no fue suficiente para impulsar al Valencia CF, que se vio limitado a invertir solo 1,350 millones de euros en refuerzos, una cifra considerablemente baja en comparación con otros clubes de LaLiga. Esta falta de inversión ha repercutido en el desempeño del equipo en el terreno de juego, con jugadores que luchan por obtener resultados positivos sin el respaldo necesario.
A pesar de las dificultades, Rubén Baraja ha mantenido una postura firme, instando a los jugadores a esforzarse más y a dar lo mejor de sí en cada partido. Su compromiso con el club y su determinación por sacar adelante al equipo han sido destacados por la afición y la prensa, quienes reconocen su labor en medio de un ambiente adverso y desafiante.
La incertidumbre y la inestabilidad que rodean al Valencia CF han generado preocupación entre los seguidores del club, quienes esperan que se tomen medidas concretas para revertir la situación actual. La falta de liderazgo y la ausencia de una estrategia clara han llevado al equipo a una crisis profunda, que solo podrá superarse con un cambio significativo en la gestión y en la dirección del club.
En medio de la tormenta, Rubén Baraja ha surgido como una figura destacada, dispuesta a enfrentar los desafíos y a trabajar incansablemente por el bien del Valencia CF. Su compromiso y dedicación han sido reconocidos por la afición, que ve en él una luz de esperanza en medio de la oscuridad que ha envuelto al club en los últimos años.