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El Y.M.C.A de los Village People sonó en el pabellón North Arena de París, donde la boxeadora taiwanesa Lin Yu-Ting entró en escena. Aplaudida con entusiasmo a pesar de la polémica que rodeaba su participación en los Juegos Olímpicos como persona intersexual, Lin Yu-Ting no se inmutó. Ganó por decisión unánime a su rival uzbeka en los octavos de final de la categoría de -57kg.

A pesar de que solo una jueza la consideró perdedora en el primer asalto, los otros cuatro jueces, todos hombres, reconocieron su victoria sin discusión. Con 28 años, 1,75 metros de altura, delgada, ágil y con largos brazos, Lin Yu-Ting dominó el ring a su antojo y golpeó más fuerte que su oponente.

Al finalizar la pelea, Lin Yu-Ting celebró besando su guante rojo, saludando a su rival y agradeciendo al público por su apoyo. En el Mundial de boxeo de 2023 en Nueva Delhi, fue expulsada junto a otra boxeadora por no superar un examen de género. Sin embargo, ambas fueron aceptadas por el Comité Olímpico Internacional.

Las críticas hacia Lin Yu-Ting y otras personas intersexuales en competiciones deportivas se centran en las diferencias genéticas y hormonales que podrían otorgarles ventajas sobre las demás competidoras. A pesar de que la Federación Internacional de Boxeo descalificó a las dos boxeadoras en un Mundial anterior, el COI considera que cumplen con todos los requisitos de género.

La sobreproducción de testosterona en personas intersexuales como Lin Yu-Ting ha generado debates sobre la equidad en el deporte, recordando casos anteriores como el de la atleta Caster Semenya. A pesar de las críticas y controversias, Lin Yu-Ting continúa su camino en los Juegos Olímpicos, demostrando su habilidad y determinación en el ring.